La idea arrastra el lápiz.
La tinta como el agua, sigue su curso, no sigue al lápiz.
Y tengo que ocultar esos caminos.
La obsesión no me deja aprender de mis errores.
Publicado el sábado en Laberinto de Milenio Diario gracias a la tolerante paciencia del legendario José Luis Martínez S.