Diana y su ninfa. |
Desaparece la ninfa y aparece el espacio en blanco. |
Esa cara era insoportable, aceptémoslo. |
Iocasta estaba detrás de de las líneas efímeras. |
Diana y su ninfa. |
Desaparece la ninfa y aparece el espacio en blanco. |
Esa cara era insoportable, aceptémoslo. |
Iocasta estaba detrás de de las líneas efímeras. |
¡VIVA VILLA CABRONES! |
La descripción en el catálogo. |
No dejes de visitar Librairie Quilombo. Para despejarnos las telarañas de la ideología de nuestra abyecta sociedad neoliberal. |
La libertad absoluta de la creación, trae consigo la coartada que permite apagar el detector de mierda. |
Con sutileza, ocultemos los errores bajo un pedazo de papel blanco. |
Listo, mucho mejor dejar el papel como una promesa, que mi mediocre realidad plástica. |
Tenemos a Medea...Pero es tener un papel sin nada, unos rayones apenas. |
Tapando la pareja no arregla nada, solo destaca la mediocridad del dibujo. |
La entrega aparece. Solo la cola del dibujo a tinta, conservó algo de la idea original. |
¿Ella le arranca el corazón? Parece título de bolero. |
Los suicidas, versión publicada en Laberinto, gracias a la tolerante paciencia de José Luis Martínez S. |
Y la primera corrección: tapar las intenciones puramente suicidas de la pareja. |
Ahora son dos adictos. |
Él se entrega a los latidos compulsivos por el puño de ella. El placer con la vida de por medio. El verdadero. Lo demás son los mezquinos juegos del ego. |
Originalmente publicado en Laberinto como el Ex Libris de Madame Caronte. |
Euclides desollado por las dos adictas, que lo exprimen hasta sacarle unas pocas gotas de sangre. |
Y Euclides en la entrega total. Publicado en Laberinto gracoas a la tolerancia de José Luis Martínez S. |
Los libros cobran vida cuando los abro, y empiezan a platicar desde la primera letra. Estamos contenidos en los libros, lo demás es ceniza....