Todo tiempo pasado fue mejor. Aún sin anestesia ni antibióticos. Especialmente sin anestesia. Porque el dolor formaba parte de nuestra vida, nos hacía como la tristeza, más conscientes de la certeza de saber que no hay destino ni final feliz, las pasiones y la creación era las grandes razones de vida. Hoy, anestesiados y cooptados por la ideología del marketing, vivimos sin dolor, sin depresión -antes llamada melancolía, tema de las letras y las artes- con nuestras aspiraciones diarias dictadas por el marketing convertido en ideología... Aquí la evidencia de lo que estoy hablando. El modelo de una hipodérmica, que tuve que cambiar en mi dibujo:
Empecé dibujando a
Rachilde vampírica, que cumplió 157 años el 11 de febrero, mientras leía a Ruskin hablando de las características geniales del gótico.
Ya está, pero esa hipodérmica, está horrenda. Y lo que todos debemos preguntarnos, ¿para qué me pongo a inventar lo inmejorable? Dándole al dibujo una mediocre hipodérmica cuando en la red puedes ver esto.
Ah! Por sí sola es perversa, vampírica, fálica y amenazadora, ¿cuántas pieles y venas no atravesó esta aguja hasta quedar roma? Por supuesto que corregí mi torpe propuesta:
Ahora, es hora de hacer yogurt casero.