La gloria del Renacimento italiano, 1353. El arte que florece con fuerza entre la peste, la guerra y la anarquía. Las hambrunas por los campos diezmados de peones, el pánico y la locura ante la muerte invisible que asoló las brillantes ciudades, fertilizó el ansia de trascender, de inmortalidad ante los cadáveres que se multiplicaban en los lechos de enfermos, los hospicios y finalmente insepultos, en las calles. Los artistas y escritores, testigos de la vida efímera y la muerte arbitraria, se esforzaron por dejar un rastro para un hipotético espectador. Somos nosotros.
Manuscript from the Decameron by Giovannin Decameron, illustrated by Taddeo Crivelli (1467) |
Mi dibujo, como el Decamerón, está inspirado en El Satiricón. Los frescos de Pompeya se referían a lo inabarcable de la sensualidad y lo infructuoso de satisfacer el placer. Por eso sus frisos eran infinitos. Nunca sabremos dónde empezó nuestra insaciable hambre de placer. Y éste dibujo tiene esa obsesión de no acabarse nunca.
Pero el glorioso papel impreso tiene límites y el ex libris del Decamerón para Laberinto debe disciplinarse a su destino dentro de la página.
Publicado gracias a la paciente complicidad de José Luis Martínez S.