La idea, como todas las ideas, era luminosa con la promesa de equilibrio y simetría entre el contenido y la forma. Pero entró la mano, con el lápiz empezó a desdibujar la idea. Con la tinta mutiló y deformó la idea hasta que del dibujo fue simple peso muerto.
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Tenemos a Medea...Pero es tener un papel sin nada, unos rayones apenas. |
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Tapando la pareja no arregla nada, solo destaca la mediocridad del dibujo. |
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La entrega aparece. Solo la cola del dibujo a tinta, conservó algo de la idea original.
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Medea y su hija antes de la sangre. Un dibujo que probablemente quedará inacabado. Mejor así.