Astarté, la Diosa demoniaca de la lujuria según los textos semíticos, se dispone a reclamar el enhiesto ristre del precoz Heliogábalo. Murió joven y aquí aparece como un degenerado y decadente anciano, porque a sus fatales 18 años había vivdo demasiado.
Publicado en Laberinto, gracias a la complicidad de su director y amigo José Luis Martínez S.