Paso a paso, la construcción de la pareja, y corregir un error imperdonable. Porque en todo caso, el suicidio es un acto de exacerbada egolatría. Como si nuestra pequeña e insignificante vida con la vulgaridad de los problemas cotidianos, justificaran la pretensión de acabar con la existencia. Pero la adicción y el vicio, esos sí rebasan los estrechos límites de la conciencia. Con la vida de por medio, nos entregamos al impulso primordial de la satisfacción del placer. Cueste lo que cueste.
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¿Ella le arranca el corazón? Parece título de bolero. |
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Los suicidas, versión publicada en Laberinto, gracias a la tolerante paciencia de José Luis Martínez S. |
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Y la primera corrección: tapar las intenciones puramente suicidas de la pareja. |
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Ahora son dos adictos. |
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Él se entrega a los latidos compulsivos por el puño de ella. El placer con la vida de por medio. El verdadero. Lo demás son los mezquinos juegos del ego. |