¿El escritor como artista contemporáneo?




Mira el encabezado de éste artículo. Es un asno el que escribe esto. Ahora hay 2 tipos de escritores, los amanuenses y los escritores artistas contemporáneos. Si tu escribes novela, guiones, cuento o sonetos dodecasílabos no eres artista, eres un cagatintas cualquiera. Porque ¿dónde está el mérito de escribir como Bulgakov o Chéjov? Esos sólo escriben basados en las reglas de la sintaxis y la gramática bajo el "tradicional" yugo de la necesidad de contar algo. Pero la neo-literatura conceptual no es producto de ése canon que rige la necesidad de contar algo. Los neo-escritores no tiene que contar nada. Sus libros son acumulaciones de pensamientos, frases y ocurrencias más o menos espontáneas. A veces es la transcripción de un periódico o la del directorio telefónico, otras la repetición de una palabra dentro de diferentes frases, o lo que sea, menos desarrollar una idea ya sea en ensayo, relato o verso. Los neo-escritores contemporáneos tiene becas y apoyos académicos-institucionales por lo que no necesitan de nosotros: Los lectores. Los neo-escritores contemporáneos, como Martin Creed vierten mierda, él en la galería, ellos la encuadernan y la llaman libro. Deben de imprimir la neo-literatura conceptual en papel higiénico, para que podamos reciclarla.





Una máquina fantástica.




Una máquina fantástica para saciar la adicción a la sangre, una máquina para saciar nuestra ansia de olvido. Ya la inventé y ahora la conoces y la puedes hacer tuya. Ése es el regalo para tí: EL OLVIDO


Publicado en Laberinto el 29 de agosto de 2015 gracias a la complicidad de José Luis Martínez S.


El Conde Drácula y Eko: el libro pornográfico de las adicciones

El vicio del ego eternamente insatisfecho. Drácula y su apetito por la sangre  es una metáfora de la primera epidemia de adicción que azoló Europa a inicio de los 1880's, la adicción al arsénico. Pueden argumentar que en el siglo XVIII hubo miles de adictos al rapé. Y que además de inhalar tabaco en polvo tenía una alta concentración de senecio, mucho más fuerte y tóxico que la planta de coca.




Cajas de rapé, siglo XVIII.


Pero el impacto de la adicción al arsénico, con sus incontables muertes por sobredosis atribuidas a una misteriosa "consumación" fue tan notorio que Bram Stoker lo volvió la metáfora para sus vampiros, adictos a la droga más poderosa y adictiva de la existencia: sangre humana.


Por eso Drácula es el arquetipo del adicto. Y tampoco descubrió nada Stoker, en mi investigación comprobé que la adicción a la sangre es una mórbida obsesión que nos domina a todos. No me puedo quedar atrás con mis grabados de Drácula. El Conde y sus vampiros estarán a la altura de nuestras adicciones mortales.






Henry Miller



Las novelas de Henry Miller se nutren de su propia experiencia. Miller no reconoce como válidas las convenciones y expectativas de la ideología de masas, la propaganda de la sociedad de consumo y sus prejuicios. Al igual que D.H. Lawrence, otro outsider, descubre que la vida sin todos sus artificios es un campo abierto para vivir el presente con la intensidad que implica tener los ojos abiertos. Para Miller todos estamos desnudos, todas las motivaciones y deseos se conjugan en la piel, en el instante del placer. Desangró la vida de toda fantasía y nos dejó solamente el vacío de sus novelas, duras, escuetas. Desengañadas y sin miedo. Por eso lo odio.

Publicado en Laberinto gracias a la complicidad de mi querido José Luis Martínez S.

Lord Ganesh protege a los libros con lectores

Los libros cobran vida cuando los abro, y empiezan a platicar desde la primera letra. Estamos contenidos en los libros, lo demás es ceniza....