Reseña publicada en Laberinto, suplemento de Milenio Diario, 8, enero 2011
Eko presenta un libro sin caducidad
La muerte del aburrimiento, obra de Eko, incluida en el libro Aforismos y máximas.ESPECIAL
- Creador con cuchillo en mano
En Aforismos y máximas, Héctor de la Garza Batorski recopila “las pasiones humanas” que ha publicado en medios de comunicación
CIUDAD DE MÉXICO (10/ENE/2011).- Buscaba hacer un libro oracular. La línea, esa sucesión de puntos infinita; la negrura igual que el silencio; la pasión de todos los hombres; el arte del dibujo, la forma, el fondo; de la aguatinta al grabado, y de regreso al dibujo con espíritu trasgresor; propuesta conformada de poderosas imágenes. Todos ellos elementos que componen la obra de Eko, artista cuyo libro más reciente Aforismos y máximas (Jus 2010), al igual que toda su obra, dice, ha sido creada cuchillo en mano.
“El amor al arte ha sido mi búsqueda”, dice este neoleonés, que inició “dibujando, con la línea, pero ahora escarbo con un cuchillo entre la oscuridad para encontrar la luz”.
Las imágenes que salen de su interior, y que plasma en su nueva apuesta, señala, “los saco observando nuestra propia naturaleza humana. Trato de ser testigo de mí mismo”.
Los aforismos, empata, “son contundentes” por definición y pretende dibujar “las pasiones humanas que son eternas. No cambian”.
Este artista plástico ha publicado su obra en medios como Siempre!, Uno más uno, The New York Times, El Nacional, El Financiero y El Universal.
Luego de dos años de trabajo, de recopilar cada obra hecha, Eko advierte que “el libro lleva una rigurosa secuencia”.
Y es que la idea es que cada uno de estos aforismos ilustrados puedan ser para cada día del año que inicia, pues son trescientos sesenta y cinco. “Quería que fueran atemporales”.
A decir de Héctor de la Garza Batorzki (1958) -como dicen sus tarjetas de identidad- “el arte tiene algo de oracular, por eso quise hacer un libro oracular”, y que cuando el lector habrá sus páginas, encuentre una respuesta a sus dudas.
“Aforismos y máximas habla golpeado”. Y obsequia una imagen en palabras: “Los aforismos son como piedras en el camino, que están a los costados. Caminas y caminas y siguen allí”.
Muchas podrían ser las razones por las cuales abrazó este camino, y no otro como forma de expresión artística: podría ser que se rebeló y quiso armar su propia historia gráfica, inspirado en aquel libro de El Decamerón, o porque quiso presumir que tenía imágenes sórdidas en su interior, o mejor aún quiso entender el mundo y explicarlo a partir de las pasiones que nos dominan a los humanos; si pudieron ser esos los motivos, pero él lo explica mejor: “Las emociones eran -en su interior- tan desordenadas, que necesitaba la línea y el trazo, el látigo del dibujo. La línea limita, acota; crea y da forma a los vicios que son pecados”.
Artículo aparecido el 10 de enero 2011, en El Informador, Guadalajara, Jal.
|
| |||||||||||||||||||||
|
Eko, aforismos para el fin del mundo
E
Eko, aforismos para el fin del mundo
n un nuevo libro, el artista visual Héctor Estanislao de la Garza, mejor conocido como Eko, comparte sus ideas.
Sáb, 15/01/2011 - 08:35
México.- Desde hace por lo menos tres años, Héctor Estanislao de la Garza –mejor conocido como Eko en los bajos mundos– genera entre tres y cuatro dibujos diarios en los que reflexiona sobre la situación del país: vivimos tiempos en los que parece darse la degradación de nuestra sociedad, el camino a la barbarie, asegura.
Algunos de esas imágenes se han publicado, otras habían permanecido casi ocultas en sus portafolios, a la espera de mostrarse con toda la crudeza de la misma época en torno a la cual gira, hasta que un buen día decidió imprimir todos los dibujos, ponerlos en el piso, en la cama, arriba de la mesa, en las sillas: después caminó a lo largo de esa superficie alucinante de imágenes y las escogió al azar: así nació el libro Aforismos y máximas (Editorial Jus, 2010), donde Eko simplemente presenta sus posibles respuestas a una realidad inabarcable.
“Como dibujante, como artista gráfico, no estoy enamorado de las palabras: las trato a latigazos, las pateo, no tengo ningún apego a ellas, porque mi verdadero lenguaje es visual; en ese sentido representa una ventaja para mí, porque la palabra se acopla a un mensaje: los dibujos, por su propia naturaleza, son bastante ambiguos, están pegados a muchas interpretaciones, depende de las cosas que el espectador tenga detrás del ojo para interpretar los dibujos que hago.”
En ocasiones ni él mismo sabe qué fue primero, si el huevo o la gallina, si el dibujo o las palabras que lo acompañan, pero sí que lo reunido en el volumen es el resultado de ejercicios cotidianos y reflexiones en torno a la realidad, mediante un lenguaje que domina, como el gráfico, aderezado con unas palabras castigadas.
Sin salvación
Los Aforismos y máximas de Eko fueron concebidos como una extensión de nuestra realidad: ahí no hay ficción, pero como usa el vehículo del arte, las respuestas que el libro nos da son verdaderas, cualquiera que sea el significado de la palabra verdad en nuestro tiempo: al final son ecos de la condición humana contemporánea.
No puedes progresar entre traidores, No preguntes si no quieres mi respuesta, Tus promesas se convertirán en deudas o El insulto es el lenguaje de los necios, son apenas unos ejemplos de las breves reflexiones del artista.
“El libro habla golpeado y más si haces el juego de la bibliomancia: estamos llenos de rollos, ansiosos siempre de estar felices todo el tiempo y no hay verdad en ello, es una falsedad, aunque al final el libro tiene un mantra, que dice que todos tus obstáculos serán superados.”
Por lo general, un aforismo o una máxima, como esos rayos de luz para comprender la realidad, suelen tomarse como frases edificantes: en las palabras de Eko no hay optimismo, sino preocupaciones: no hay respuestas en el volumen, aunque es probable que el lector encuentre “algo”.
“Para predicar están las religiones y prometen falsedades, aquí no hay ni una promesa de redención ni nada… hay advertencias y juicios, pero no esa pretensión de reivindicarnos, porque creo que somos irreivindicables. No hay manera de salvarnos”.
Jesús Alejo • Milenio
Artículo aparecido en Milenio Diario el sábado 15 de enero de 2011.