Los juegos, los silogismos y las perversas fijaciones son la clave para entender la obra del Reverendo Lutwige, Cuántos daríamos por tener sino la obra, por lo menos su obscura y turbia reputación.
Grabado en cobre al aguafuerte y aguatinta de Alicia ojerosa por el insomnio provocado por sus obsesiones, publicado el sábado 25 de agosto en Laberinto de Milenio Diario, gracias a la complicidad de José Luis Martínez.