La historia no menciona el redescubrimiento de las tragedias de Sófocles, pero el evento que convirtió a Sófocles en un bestseller en el siglo XV fueron las ediciones impresas en latín por Aldus Manitius en Venecia. Seguro fueron esos libros los que estaban en la biblioteca de Shakespeare... En 1907 fueron descubiertos fragmentos de papiros contemporáneas a Sófocles de sus obras, lo poquísimo que se salvó de las bibliotecas de Alejandría y Arabia Félix, destruídas metódicamente por San Cirilo y sus fanáticos cristianos. Hoy los puedes ver en el British Museum.
Los personajes identificados por los fragmentos de cerámica griega, coleccionados por anticuarios y humanistas del Renacimiento son la cara de los personajes de Sófocles. Y con esos fragmentos, siguiendo los pasos de Hölderlin que lo tradujo y la adaptación de Brecht, hice mi ex libris. El resultado fue arbitrariamente Eko, Electra nunca le cortó la yugular a Sófocles con unas tijeras Solingen de sastre:
Imaginando la técnica de esgrafeado de la cerámica ática.
Si la tercera capa fuera cerámica blanca.
El resultado, es Eko, siempre es Eko.