Eko
El fascismo sólo tiene una solución para la opinión, la disidencia y la protesta: El asesinato. En el 68 esa enfermedad del espíritu, enfebrecida de misticismo y obcecada entrega al éxtasis de la violencia, tuvo su clímax contra los jóvenes estudiantes, víctimas de la mágica creencia en la invulnerabilidad de las ideas. En la ignominia de su fe devota, los Tercios Carlistas reencarnaron en la soldadesca latinoamericana, persiguieron con hierro a los universitarios y al apropiarse de su destino, los despojaron de sus nombres convirtiéndolos en los anónimos muertos de Tlaltelolco.
Publicado en Laberinto bajo el título Las 3 Culturas: la náhuatl, la católica y ¿la moderna? Pues eso. |