Dalí fornicó repetidamente a mi abuela, inocente norteña
mexicana de visita por Figueres. La sodomizó en un parque a la vista de los
apáticos paseantes y como las hijas de su madre de Pierre Louÿs engendró… Dalí,
el frágil andrógino enamorado de Buñuel, tenía sus momentos de bisonte
picassiano y distraído violaba a turistas y mucamas. A cualquier hembra de
caderas paridoras. Por eso soy así. ¡Y exijo una indemnización!
Dalí sentado encima de mi abuela (o al revés)...